Los alumnos de quinto curso la comparten con vosotros para que también podáis disfrutarla.
— Dime, Tito, ¿cuál es el colmo de un jardinero?
— Muy fácil, Rafael. El colmo de un jardinero es que le duelan las plantas de los pies.
— No, Tito. Eso no es.
— Entonces, el colmo de un jardinero es tener una planta eléctrica.
— Muy mal, Tito. Tampoco es ése el colmo de un jardinero. ¿Cuál es, entonces, Rafael?
— El colmo de un jardinero es que lo dejen plantado.
— Bien, bien. Ahora me toca a mí. ¿Cuál es el colmo de un carpintero?
— Muy fácil: el colmo de un carpintero es usar el cepillo de la madera para cepillarse los
dientes.
— No, Rafael. Eso no es el como de un carpintero.
— Ya sé, Tito. El colmo de un carpintero es quedar clavado con un encargo.
— No, Rafael. El colmo de un carpintero es tener una mujer cómoda y que sus hijos sean
listones.
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